El vaivén de la primera semana de octubre, el peor dato de actividad industrial de Estados Unidos en los últimos 10 años, junto a las ya existentes incertidumbres, han provocado que las bolsas mundiales hayan girado al rojo por el miedo a una recesión global.
Y, cómo no, de nuevo, Donald Trump carga impetuosamente contra la Fed, presionando para que el ritmo de bajada de tipos de interés americanos sea más rápido y drástico, a lo que Powel -temeroso de que esa desaceleración se convierta en recesión- se niega por el momento.
Comienzan las negociaciones de alto nivel entre China y EE.UU y a su vez los órdagos y advertencias entre ellos. Nadie quiere perder en este pulso, del que dependerá el futuro del comercio internacional. Y, por supuesto, Europa no queda al margen, ya conocemos los aranceles a sectores como el aceitunero, aluminio, acero y por supuesto fabricantes de aviones por el caso Boeing.
En cuanto al Brexit, Boris Johnson lanzaba una oferta negociadora final antes de un Brexit sin acuerdo y esta fue tomada casi como un insulto por parte de la Unión Europea. Se recrudece el miedo a una salida brusca y es más leña al fuego ante tanta incertidumbre global.
Los bonos de gobierno europeos, con la salida de la renta variable de la última semana, notan una gran presión compradora, sobre todo en países periféricos, que es donde aún queda algo de rentabilidad con menor riesgo. Algo que beneficia a países como España, Italia, Portugal y Grecia, que muestran datos macro más fiables en los últimos meses. En cuanto a la deuda corporativa, se empieza a notar el atractivo de otros bonos de menor rating, claro está, en busca de rentabilidad y apreciación en el mercado.
Respecto a las bolsas, después de la tormenta llega la calma. Los índices europeos y americanos intentan remontar lo perdido en días anteriores ante los malos datos macroeconómicos y el miedo reinante en los parqués. En cualquier caso, el nerviosismo está presente, como nos indica el VIX, índice que mide la volatilidad en el mercado y que vuelve a máximos del último mes.
Vaivén de noticias que ejerce movimientos más rápidos en las bolsas, aunque el Ibex se mantiene entorno a 9.000 y el Dax alemán sobre 12.000. Parece que se acercan momentos importantes en las negociaciones geopolíticas que habrá que seguir muy de cerca, así como las posibles medidas de inyección de liquidez interbancario en el sistema americano. En España -pendientes de las elecciones y del bloqueo de presupuestos- desgraciadamente comienzan a reconocer el enfriamiento de la economía, que deja atrás la senda creciente de los últimos años.
Marcos Harguindey
Investor Relations
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