Las dudas que planteaba el ajustado resultado de las elecciones americanas comienzan a despejarse, pese a las protestas de Donald Trump, que ha optado por la vía judicial. Los analistas preveían que, en caso de victoria de Biden, el impacto en los índices bursátiles sería negativo, aunque la perspectiva a más largo plazo era positiva, dadas las mayores posibilidades de alcanzar un acuerdo comercial con China. Joe Biden, es visto como menos agresivo y menos partidario del enfrentamiento con el resto de las economías mundiales.

Además del resultado electoral, la semana ha tenido un claro protagonista: la vacuna de Pfizer contra el Covid 19, que ha mostrado un 90% de efectividad. Esta noticia impulsó las ganancias en las bolsas más castigadas, como la española, dada su exposición a activos cíclicos muy afectados por la pandemia y la vulnerabilidad del mercado. Subidas apoyadas en los sectores bancario, turismo, industrial y petróleo. Tras meses en mínimos, la bolsa española ha respirado algo.

Aun así, queda mucho camino por recorrer. El coronavirus ha sido letal para muchas pequeñas y medianas empresas españolas, al borde del cierre por las cuarentenas, la bajada de la demanda, y las reducciones de plantilla.  Desde el punto de vista macroeconómico, la senda de la recuperación va a ser más larga, aunque los bancos centrales apoyarán a los Gobiernos y empresas para poder financiar la recuperación.

En este escenario, el bono español alcanzaba TIRes en mínimos del 0.06% a 10 años, y el italiano 0.57%, cuando habían llegado a niveles de 1.38% y 3.01% respectivamente en los picos de mayor incertidumbre. El salvavidas del BCE está claro que ha servido de soporte a la deuda soberana, aunque está por ver el impacto en el PIB.

Un PIB español que se estima caerá en torno a -13%, lo que, junto al incremento de los niveles de deuda pública hasta el 120% del PIB, va a suponer un entorno muy complicado en el medio plazo. Tanto en la vertiente macro, como en la micro. Incluso con la ayuda de la Unión Europea, bien sea a fondo perdido o mediante créditos, la recuperación se antoja difícil, tanto en el lado económico como en los ingresos (fiscal).

La visión de A Global Flexible es que nos encontramos en un punto de inflexión de cara a final de año. Las noticias positivas en renta fija y variable -vacuna y elecciones USA- son un empujón para retomar la senda de recuperación. En cuanto a la cartera de inversión, es momento de analizar qué sectores van a recuperarse antes, de identificar cuáles son las compañías con menor impacto, y de entrar en bonos de calidad y acciones de valor.

Es por ello, que tenemos en observación a emisiones corporativas de sectores como la energía, cíclicos, banca y autos. Sectores con mejores perspectivas para recuperarse y salir antes de la crisis. No sólo por cuestiones de valoración, también por cómo han gestionado las compañías durante la crisis. Hay compañías que han sabido amortiguar sus pérdidas y navegar en la incertidumbre mejor que otras.

Así, en A Global Flexible creemos que bonos de bancos como Bankinter, BBVA, Santander y Caixa han tenido una progresión optima. En el caso de Repsol, Iberdrola, y Edf, las emisiones tienen el atractivo suficiente para aportar seguridad a la cartera. En autos, nos decantamos por Jaguar y Gestamp, por su rápida y fuerte recuperación.

Respecto a las acciones, por ahora recomendamos cautela. Pese a la fortísima subida en cíclicas, ya que la vacuna se acerca, somos prudentes ante la intensidad de la segunda ola, que podría hacer mucho daño a la economía, especialmente si en Navidad tenemos que estar confinados.

En cuanto al bono soberano, al que habían acudido los inversores masivamente antes de las elecciones americanas como refugio ante una posible volatilidad, ha recuperado su nivel en TIRes gracias a las noticias positivas de la posible vacuna. Un escenario para estar corto en el futuro del 10 años español, que sirve de cobertura y a su vez, sirve para aprovechar la posible distorsión entre el corporativo y el soberano, ya que dada su situación actual,  las TIRes de los corporativos se apreciarían y la del soberano caería.

Lo que no cabe duda, es que 2020 está siendo el ejercicio de la cautela como pauta de la psicología de los inversores. Pese al momento dulce de esta semana, en los índices americanos la euforia no ha sido tanta.  Y Trump, no ha dicho aun la última palabra.

Marcos Harguindey

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